Ecos de ilusión

"Id como una plaga contra el aburrimiento"

¿Interés?
No tengo respuesta. No eres un desconocido por más que lo parezcas.
Seguimos siendo completamente iguales. Completamente diferentes.
Sigues manejando la situación; jugamos con tus cartas. Es una baraja diferente, pero es tuya después de todo, y yo no conozco los palos. Ni las normas, ni de qué va el juego.
No es un juego, es la vida real. Digo juego por llamarlo de algún modo.
Eres tú intentando alejar el tema de ti, de tus sentimientos, de tu punto de vista, que está ahí, oculto entre millones de fichas, un puzzle que esperas que monte. Creo que quieres que lo monte, de otro modo no te habrías molestado en tirarme las piezas a la cara. Creo que quieres comprobar si soy capaz de montarlo, porque si no lo consigo no pierdes nada, pero si lo consigo sería interesante.
Creo que me conoces mejor que yo misma, que ves cosas que yo no veo, que sabes cómo decir las cosas para hacerme reaccionar.
Creo que no me conoces, que das palos de ciego intentando conducirme hacia donde quieres que vaya, pero nunca llego.
Somos tan impredecibles, pero siempre sé cómo vas a actuar, y tú sabes cómo voy a actuar yo.
No tengo ninguna seguridad contigo, como tampoco tengo seguridad alguna de qué pasó. Si era inevitable o no llegar a este punto. Da igual porque ha ocurrido. No da igual porque es importante.
Yo no puedo pensar con claridad en el momento y tú te aprovechas de eso, pero nunca sale como esperas.
Luego está el orgullo, la inseguridad, la desconfianza, la necesidad de herir antes de ser herido, barreras que con mayor o menor importancia siempre han estado ahí.
Luego está la verdad, esa que nos abofetea en el fondo y que no puedo tener seguridad alguna de si alguna vez me la has mostrado, aunque una vez dijiste que nunca mentías, pero mentir y no decir toda la verdad no es lo mismo.
Me tienes encasillada de la misma forma que te tengo yo a ti. Lo que me revienta es que afirmes algo sobre mí con total seguridad sin tener certeza alguna de que sea así.
En eso reside nuestra mayor diferencia.

Pero te diré que de lo que estoy completamente segura es que nunca he dejado de quererte. A ti. No al de antes ni al de después, ni mierdas; a ti.

Cualquier persona que me conozca sabe que yo no soy de "te quiero", aunque los digo, ni soy de mostrar afecto, aunque lo muestro; pero si hay alguien al que se lo he desmostrado con creces es a ti, pero no de la forma en que tú querías que lo hiciera. Y prefiero pensar que nunca te diste cuenta a que lo ignoraste.

Mi tatuaje no le representa a él, sino a un tiempo. Te recuerdo que te conocí en ese tiempo.