Ecos de ilusión

"Id como una plaga contra el aburrimiento"

Hay pruebas en cada rincón. Su presencia está aquí, sus dudas están aquí. Siempre, aunque ni siquiera esté aquí. El momento llega una y otra vez, pero también se va y sólo deja una estela de silencio que te quiebra un poco más por dentro. Parece que hemos cenado miedo y que se nos está repitiendo, destrozando el estómago por dentro. Por fuera, un manto de sonrisas, de miradas huidizas y la falsa esperanza de que nos queda toda la vida. Pero no es así, se está acabando, cada día que pasa es un día más de tormento que ha pasado y el fin se acerca. Tan valiente con los demás, tan cobarde contigo. Hace calor; el malestar del interior quema, y ni siquiera podemos echar en esa hoguera la incertidumbre de qué pasará, de cómo debemos actuar. Puede que esta sea la peor guerra que libraremos, no habrá armas, muertos ni bajas, tan sólo un agujero en tu pecho que te va consumiendo. Volver a escribir sin sentido, a desviar del tema, a decorar el problema, a abarcarlo todo. Volver a querer tener 5 años, a no entender por qué hace daño, a pretender que todo está bien. A hacer creer no saber qué hacer.


I'm gonna make you love me
Neol saranghandago
Nan niga isseo haengbokhae
ounjaena neoppun in geol~


Because of you you you you
Neo hanaman saenggakhae
You You You i-jjaen
Nal saranghae jwoyo
Nal saranghae jwoyo
Nal barabwa jwoyo

Últimamente, las noches son mágicas.

Nos quedamos hablando hasta las tantas, de todo y de nada, intentando no reírnos de forma escandalosa, repitiendo una y otra vez la misma frase por hablar demasiado bajito.

Las horas pasan y nunca es suficiente. No queremos dormirnos, pero nuestras voces se van apagando lentamente.

En algún momento nos callamos y quedo tumbada respetando tu hueco. Porque estás aquí aunque no esté tu cuerpo.

A la mañana siguiente nunca sabemos cómo nos dormimos ni quién cortó la llamada.

Son noches mágicas.
¡Rawr!

Tus ojos no pegan en la imagen, porque rompen la armonía del ambiente, la inocencia de las sábanas, y queman la frialdad del color azul.

Si la muerte fuese el comienzo, y el nacer fuese el fin.
Si al principio fueras viejo, y un bebé inconsciente al morir.
Si cada día que pasa fueses rejuveneciendo y aprendiendo
A apreciar las cosas que los ancianos ven y los jóvenes no vemos.

Si al pasar los primeros años tranquilo y sosegado,
Con la certeza de un futuro joven, vivirías planeando:
Locuras y maravillas que la vejez te ha vedado,
Sin que hubiera un pasado mejor añorado.

Si al comenzar a trabajar en lo más alto, teniéndolo todo;
Nos quedase tiempo para apreciar lo no apreciado.
El dinero quedaría en un segundo o tercer plano,
Al comprobar que la felicidad no es de plata ni de oro.

Si tu cuerpo se sintiese más joven cada día
Sin preocuparte por asegurarte ningún mañana.
Si viviésemos la juventud con anciana sabiduría,
No habría guerras, hambre, drogas, o melancolía.

Si no tener que madurar ni preocuparte por la realidad
Fuese el premio otorgado por llegar hasta el final;
Si la infancia fuese el epílogo de esta vidorria;
¿Pensarías entonces que la vida está para vivirla?


Crearé todos los mundos que hagan falta hasta dar con el que te haga feliz.
.


Siempre he estado un escalón por debajo de ti, sin pisar tu alfombra roja para no mancharla con mis sucios pies.


Siempre he seguido tu grandeza; las pequeñas luces que dejabas para que no me pierda por el camino.

Siempre he admirado tu fortaleza, tu capacidad para afrontarlo todo con una sonrisa. Para ser tan fuerte tienes que ser casi insensible, pero aun así, sé muy bien que no eres de piedra.

Siempre he sido quien ha pulido tu corona y quien te ha colocado la capa y el cetro. Te recuerdo sólo con la cabeza alta, la mirada al frente y avanzando. He visto a mucha gente caer incapaz de aguantar tu presencia; y también he visto como te has agachado para tender ayuda a los necesitados.

Siempre he querido ser como tú, siempre te he admirado.

Y aunque siempre he estado a tu lado, sin quitarte el ojo de encima, no recuerdo el momento en que tu corazón se volvió la diana de todos. Da igual cuánto hiciste, da igual cuánto luchaste, cuánto ofreciste, finalmente la naturaleza humana es un enemigo contra el que un rey no puede luchar.

Lloro de la desesperación al ver como sigues avanzando, arrastrándome a mí que me niego a seguir, tirando de los dos y de todo el que no puede continuar. Veo como sangra tu corazón en silencio con cada nuevo alfiler que le clavan, pero tú no te quejas y avanzas; y en ocasiones, reprimes tu dolor y tu cólera para no pagarlo con el primer desgraciado que se cruza en tu camino, pues no tiene la culpa de tu pesar.

No entiendo cómo puedes seguir avanzando, yo voy a tu espalda y aun así no tengo fuerzas ni para decirte que me dejes atrás. Y mirando los pasos que has marcado, me fijo en la sombra de tu corazón... es aterrador ver los clavos que te han clavado sin compasión.

Siempre he sabido que los reyes también lloran, pero no quise darme cuenta hasta que no te vi llorar de corazón.


Me he tirado todo el día llamando a mi padre para felicitarle, con la angustia de que no me cogía el teléfono y se terminaría el día sin que le hubiera felicitado.

Nunca le he regalado una tarjeta como esta, ni siquiera cuando era pequeña. No sé si le he hecho algún regalo en alguno de sus cumpleaños, no lo recuerdo, pero podría empezar por este.

Podría escribirle una carta y decirle un montón de cursilerías: empezar diciendo que pese a todo, siempre ha sido un buen padre, que me gustaría que pasáramos más tiempo juntos, que no le reprocho ninguna de sus decisiones, que ahora puedo comprenderle, que le echo de menos y que quiero que sea feliz.

Podría tragarme toda la vergüenza y decirle, quizás por primera vez, que le quiero.

Vuelvo a vivir deprisa, a no ser consciente de los días, a decirme ¿ya es febrero? Pues sí, ya es febrero y, de hecho, está terminando. Pero no me doy cuenta, no lo hago porque ya no vivo pendiente de fechas, de esperar, de lo que sea que antes hacía que quisiera que el tiempo pasase más deprisa.

Es increíble. Tengo tantas cosas que contar que no sé ni por dónde empezar... creo que debería hacerlo por navidad.

No han sido las mejores navidades de mi vida, pero sí unas que nunca podré olvidar. Las pasé en París con Zene y fueron diez días increíbles, como si viviera en un sueño, sintiéndome más libre que nunca.


Este viaje me cambió las perspectivas de las cosas, me hizo ver mi propia vida desde otro punto de vista. Creo que nunca me había pasado algo así. Volví y a medida que pasaban los días me sentía más fuerte, más decidida, con más ganas de tomar esas decisiones que, antes del viaje, no era capaz ni de plantearme. He superado un miedo que me ha acompañado durante muchos años y me siento orgullosa de mí misma por ello.

Realmente iba a irme a Madrid, había hecho planes, se lo había comunicado a mi familia... pero los planes se tuercen, y ésta al final no ha resultado ser mi oportunidad. Me pasaré toda la vida preguntándome qué hubiera sido de mí si me hubiera ido a Madrid a hacer las prácticas, dónde hubiera acabado, a quiénes habría conocido... y, tras mucho pensarlo, tras mucho sentirme mal por ello, me di cuenta de que es verdad eso de que cuando se cierra una puerta, se abre una ventana.

Haré las prácticas en una productora de Marbella, tendré la oportunidad de aprender de un hombre bien posicionado, que entiende de lo que me gusta; me siento afortunada. Me da miedo no estar a la altura, me da miedo la imagen que pueda dar, pero esos miedos los voy a tener aquí, en Madrid y en Pekín. El primer trabajo, aunque no sea remunerado, es así.

Cambiando de tema pero no alejándome demasiado, el 18 de febrero ganamos el concurso de Cortometrajes de las I Jornadas de Audiovisuales que celebraba mi instituto. Parecerá una tontería, pero siento que he dejado mi nombre ahí; siento que esto es el principio de algo.



Para mí es muy especial porque tanto Diana como yo llevábamos queriendo hacer algo como esto desde mediados del curso pasado. Queríamos hacer un corto que transmitiese un mensaje de esperanza a toda esa gente enferma que siente que ya no les queda vida sólo por estar enfermos. Queríamos decirles que siguiesen adelante, que peor que la propia enfermedad es dejarte vencer por ella, que no se rindiesen. Por fin lo hemos podido hacer. Me siento muy satisfecha. En la entrega de premios me emocioné, y yo tiesa perdía para no derramar ni una lágrima xDDDD.

Otra cosa mariposa; Diana y yo iremos de Alicia y Sombrerero, como fuimos el año pasado al Salón del Manga de Málaga, que ahora que me doy cuenta fue en febrero... hace un año ya, madre mía.
Y hay algo más que debería mencionar pero todavía es pronto para hablar de ello, así que ya lo comentaré cuando diga "¿ya es abril?".